Maximiano y Teresa
Recibieron la primera llamada y nos fundaron
Maximiano
Maximiano Fernández del Rincón y Soto Dávila, nace el 21 de agosto de 1835 en la ciudad de Jaén. Como sacerdote, y posteriormente como obispo, se destaca por su gran sensibilidad humana, siendo un hombre de corazón abierto y generoso.
Conociendo la marginación en la que vive la mujer en su época y la indiferencia religiosa de la sociedad, responde a esta llamada de Dios a fundar una Congregación religiosa que se dedique a la formación de niñas y jóvenes, con la finalidad de educarlas y de transmitirles el mensaje salvador de Jesucristo.
Vacío
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Maximiano no nació siendo sacerdote, para llegar a ello tuvo que vivir como cualquier niño y joven de su edad, aunque algunas anécdotas de su historia nos pueden iluminar cómo llegó a ser el hombre que hoy conocemos.
Cuenta su madre, doña Gregoria, que desde pequeño tuvo un corazón generoso y compasivo, y no era indiferente al sufrimiento de los demás. Muchas veces descubrió el armario de Maximinano vacío de ropa y calzado, pues se lo había dado a otra persona que tenía necesidad. También cuenta que desaparecían las ollas con comida pues se las llevaba a los pobres que encontraba por la ciudad.
Estas vivencias hicieron de él una persona entregada a los pobres de su Diócesis: les ayudó a salir de su situación devolviéndoles la dignidad, denunciando la marginación y promoviendo el trabajo y desarrollo que necesitaban. Cuenta su biografía que cuando murió no se encontró dinero para poderlo enterrar, ya que todo lo suyo era para los pobres.
Teresa
Teresa de la Asunción Martínez y Galindo, nace en la ciudad de Baeza el 22 de enero de 1850. Mujer centrada en Dios desde su infancia, busca siempre la manera de vivir solo para Dios, amándole y sirviéndole.
Tiene un carácter vivo, activo, firme, capaz de transmitir este amor y deseo de Dios a la nueva Congregación. Se dedica con esmero y atención a la animación y formación de las hermanas, procurando con ello que se viva la unidad fraterna, la aspiración a la santidad y un amor extraordinario hacia las niñas y jóvenes a quienes educaban.
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Teresa era una persona orante y contemplativa, a la vez que activa, en la misión que el Señor le confíaba. No escatimaba sacrificio, esfuerzo y entrega en vivir y hacer realidad la voluntad de Dios para ella y sus hermanas de Congregación.
Esto se refleja en toda su historia: desde su adolescencia no dudó en buscar el lugar y el modo de responder mejor a la llamada de Dios para ella. En este proceso se da cuenta de su vocación a la vida consagrada e ingresa en el convento de San Antonio de Baeza de monjas clarisas. Sin embargo, no encontró allí la vida comunitaria y fraterna que deseaba. Por eso siguió buscando con paciencia y realizando un verdadero discernimiento de su vocación hasta iniciar la nueva Congregación en Granada.
Teresa
Teresa de la Asunción Martínez y Galindo, nació en la ciudad de Baeza el 22 de enero de 1850. Mujer centrada en Dios desde su infancia, buscó siempre la manera de vivir solo para Dios, amándole y sirviéndole.
Tenía un carácter vivo, activo, firme, capaz de transmitir este amor y deseo de Dios a la nueva Congregación. Se dedicaba con esmero y atención a la animación y formación de las hermanas, procurando con ello que se viviera la unidad fraterna, la aspiración a la santidad y un amor extraordinario hacia las niñas y jóvenes a quienes educaban.
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Teresa era una persona orante y contemplativa, a la vez que activa, en la misión que el Señor le confíaba. No escatimaba sacrificio, esfuerzo y entrega en vivir y hacer realidad la voluntad de Dios para ella y sus hermanas de Congregación.
Esto se refleja en toda su historia: desde su adolescencia no dudó en buscar el lugar y el modo de responder mejor a la llamada de Dios para ella. En este proceso se da cuenta de su vocación a la vida consagrada e ingresa en el convento de San Antonio de Baeza de monjas clarisas. Sin embargo, no encontró allí la vida comunitaria y fraterna que deseaba. Por eso siguió buscando con paciencia y realizando un verdadero discernimiento de su vocación hasta iniciar la nueva Congregación en Granada.