Remedios Mata Zamora

Testimonio espiritual

Hermana de la Presentación de la Virgen María, de Granada

(Benamocarra, Málaga 13/3/1936 – Granada, +6/8/2021)

A nuestra hermana Remedios le diagnosticaron ELA en febrero de 2021 y murió en agosto del mismo año. Casi toda su vidala pasó en Latinoamérica dedicándose al servicio a los mas necesitados.

Este escrito se lo dictó a la hermana Carmen Pérez, cuando ya tenía muy reducida la movilidad y sabía cuál era la evolución de su enfermedad.

Día 15 de junio de 2021

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Ahora que soy plenamente consciente y antes de que me falle el habla y no pueda expresarme, quiero decir algunas cosas y que tú me las vayas poniendo por escrito.

En primer lugar quiero recibir la unción de enfermos y confesar antes, aunque sé que la unción perdona los pecados.

Estoy contenta con la voluntad de Dios aunque lo exprese entre lágrimas, pero son de emoción. Yo acepto lo que Él quiera. Entrego mi vida al Señor contenta y feliz, pero a veces la emoción me impide decirlo más veces. Se me hace un nudo en la garganta y me lo impide. Repito que estoy contenta y feliz. No sé cómo pagarle al Señor todo el bien que me ha hecho. Agradezco a Él y a la Virgen todo lo que me han dado.

Agradezco a mis Hermanas de Congregación todo lo que me han enseñado desde que entré. Todo el cariño y dedicación que me están dando ahora que no me falta ni un “periquito” (se ríe entre lágrimas)… 

Le agradezco a la Congregación que me haya permitido estar junto a los más pobres. Con la ayuda de Él, les he podido dar toda mi entrega, todo lo que Él me pedía porque Él mismo me daba las fuerzas para poder hacerlo. ¡Lloro y río a la vez cuando digo estas cosas!

Agradezco a mi familia todo lo que me ha dado y todo lo que me ha querido. Nunca se han opuesto a que yo viviera mi vocación, al menos que yo lo sepa. Y lo agradezco, desde mis padres hasta mis hermanas más pequeñas, pasando por todos los hermanos varones. A mis sobrinos y familia entera.

Gracias a todas las personas que me han atendido y cuidado en mi enfermedad, en Málaga y aquí. Aquí (se refería a la comunidad de mayores) es un hotel de 20 estrellas.

Pido perdón a las personas a las que haya podido hacer sufrir o haya hecho daño, pero sé que no ha sido a propósito sino fruto de mi debilidad humana. Sé que me perdonan todo por el cariño que de todos he recibido. Todo esto que digo y lo que vivo es cosa de Dios, estoy segura. No es mío. A Él se lo doy también.

El Señor ha querido que al final de mi vida esté muda, como Zacarías, y que no pueda expresarlo como me hubiera gustado. Gracias de nuevo a la Congregación. El Señor me lo ha dado todo y Él me lo puede quitar todo cuando quiera. Se lo entrego con gusto. Ofrezco también todo esto por las personas que sufren esta misma enfermedad y que están sufriendo como yo o más que yo. 

A veces me desanimo, me canso, me pregunto ¿Qué será esta enfermedad? Me gustaría saber cómo será el final, o qué me va a ir pasando, o si tardará mucho en llegar. Pero lo dejo en manos de Dios porque Él me dará las fuerzas, lo que necesite, nunca me ha faltado su ayuda, nunca me ha faltado de nada.

He vivido muchos años; lo más lejos que yo tenía es que me pasara una cosa así. Sé que no tiene cura, que me iré desgastando poco a poco. Estoy muy agradecida, no me falta de nada, estoy muy acompañada. Siento que pierdo lentamente el habla, me gustaría mucho expresar lo que siento, pero me cuesta decir las palabras y cuando voy a decirlas me emociono, me pongo sensible y el llanto me impide aún más hablar.

También me cuesta mucho ser tan dependiente, no poder moverme nada, ni hacerme nada, todo me lo tienen que hacer. Entiendo y oigo, pero pronto no podré comunicarme ni con palabras ni con gestos. No le pido nada al Señor, que sea lo que Él quiera, eso es lo mejor. Le he entregado todo y ya no me queda nada, si acaso me queda un poco de miedo, pero sé que pase lo que pase Él me dará fortaleza como hasta ahora, me sostendrá, no me dejará.

Hay mucha gente que está peor que yo, que no tiene tantos cuidados, más sola; por eso tengo que dar muchas gracias al Señor y a todos los que me rodean. Dejé todo y ahora lo tengo todo, todo lo que necesito. ¡Qué buenos son todos conmigo!

Testimonios de vida

No se encontraron resultados

La página solicitada no pudo encontrarse. Trate de perfeccionar su búsqueda o utilice la navegación para localizar la entrada.

X (Twitter)
YouTube
Instagram
WhatsApp