Mi experiencia en Buenos Aires definitivamente ha sido un tiempo con Dios, de Dios y para Dios, el Señor me ha regalado la oportunidad de descubrirlo cada día, ha sido un tiempo para vivir desde la sencillez, al modo de María, no tanto desde el hacer sino desde el estar, el escuchar y el compartir.
Tuve el regalo de poder hacer parte de la colonia de invierno en Loma hermosa, su lema fue «Tu vida tiene encanto» y realmente fue un encanto descubrir el regalo de la vida en medio de los niños que con su dulzura y espontaneidad nos llenaron de alegría y ganas de darlo todo, nuestro objetivo era brindarles una semana divertida en la que pudieran acercarse a Dios y descubrieran cuan amados son por Él, al final fuimos nosotras las que indudablemente terminamos recibiendo y aprendiendo más de ellos.
Ahora que ya se acerca la fecha de mi regreso a Bogotá, solo puedo agradecer al Señor este tiempo, por permitirme abrazarlo y verlo mediante tantas personas, por enseñarme una vez más que su amor no tiene medida, y como María me llevo guardados en el corazón estos dos meses llenos de risas, rostros, momentos y lugares con sabor a evangelio.